Dentro de Alicia, en el país de las maravillas II

Él aguarda paciente el momento en el que ella se sumerja más en ella. Cuando venga el despertar de la realidad al sueño de la sensualidad.

A él no le importa el tiempo pues vive embebido de sus ojos. Le ofrecerá innombrables trucos, mágicos y no. Apariencias. Para que caiga. Para que calle.

Pero él es el cazado.
Ella conoce a la perfección los vericuetos del amor anciano y sabe mover sus hilos para tenerlo en la palma de su mano.

Lo conducirá a su pozo inundado.
Él, incauto, beberá.

Y en su acto estará la condena.

Pero, ¿y si él la ama?