De rumiar ralente silente

De rumiar, ralente, silente
que de mis ruegos eternos el responso sin pausa espero
siglos y siglas de su expresa contención corporal
cuando se impide a si misma sea ella y darse
para mí

regia, insana, cuelga de los peñazcos hirsutos
los cabellos rebeldosos
la marea activa de las rebeliones
que en olas y ordas se acumulan
su grito unísono irrumpe en los tímpanos de la piedra

júzgame juégame instálame en la lluvia sempiterna
de la tierna vaga voz que de sus oleajes se entreveran
que nunca diluvia en estos desiertos
que no sea sangre negra

que te des te digo toda
que te quedes sin nada de nada

que este instante de fuego nos conpenetramos
como cuando nos bebimos uno al otro
y eso nadie nos lo quita

tú fuiste y eres la victoria
la opresión que se desangra de sí misma
las alas arrancadas para vivir incendiada
en la prisión de los mundos imposibles que no suceden nunca
y sin embargo en tu mirada
brilla el acabose del amor
que me mató mil veces una noche
y que en la memoria de nuestros cuerpos
respira

respira
librate de ti
que las turbas apasionadas
gritan tu nombre
y no importa a que nuevo dios demonio
veneremos
siempre de hinojos
alabaremos tu nombre