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LUNATICS: NOS ALUNIZA NOS VUELVE LOCOS LA LUNA

jueves, 31 de marzo de 2011

el amor diabólico del eterno retorno


El otro incidente, situación, suceso o simplemente hecho fue que un viejo amor me contactó nuevamente. Siempre hay un día señalado en que la pienso, me piensa y alguno de los dos se atreve a enviar un mensaje codificado en un mail, en el blog o por celular.

Es raro, es un amor que deambula entre la adoración más absoluta y el odio.

Estos últimos meses en mi caso ha sido simplemente un amor que en el pasado fue lo más grande que he experimentado en mi existencia. La amé con veneración.

Yo mismo decidí (alguien dirá que decreté) que la amaría sin reservas, sin condiciones.
En momentos rompía mi promesa y le rogaba que viviera conmigo, le ofrecí todo: objetos, dinero, viajes. Ella me dijo resuelta: no voy a vivir contigo. No voy a vivir contigo ni con nadie. Me han ofrecido matrimonio, lujos, ayudas, todo, y no lo quiero. Yo voy a vivir sola, yo voy a construir mi vida sola. No quiero necesitar de nadie. Y así es, jamás he sentido yo, por lo menos de mi parte, que me necesitara. Cuando me amó ella fue quien me tomó, ella decidía cuándo, a qué hora. Yo era el perro fiel, el perro leal. Podría azotarme, podía ser la más ofensiva con su dulce voz (nadie me ha hecho sentirme tan mal como ella, porque a nadie le permití que hiciera conmigo eso, excepto ella), podía dejarme plantado y jamás disculparse...en fin, que me hizo pedazos, que como buena enfermera que es me arrancó el corazón sin anestesia y lo estrelló contra los muros atascados del desprecio. Fue amor, fue odio, fue ternura, fue sabiduría intercambiada, fue y (oh, el horror) sigue siendo una conexión que no conoce tiempos ni eras.

Anoche, también tratando de cerrar etapas, no sentí nada. No faltó su comentario franco, totalmente franco pero que busca herir "sin querer", "yo no tengo tiempo para otra cosa que mi carrera". No sentí nada. He aprendido. Ella fue mi más grande maestra del terror del amor que te domina. Y no que ella haya querido enseñarme. Ella ni en cuenta.

Ella dice que me ama y que siempre me amará. Yo siento hoy que ama el que yo la ame con esa locura. Pero no creo que ella me ame a mí. No creo que moviera ni un dedo si yo estuviera en aprietos. Ella es ella, ella ni siquiera se ama a ella misma, se flagela, tiene fobias, odios, indiferencias que comienzan y terminan con ella misma. Así no se puede amar. Lo he comprobado.

Pero, como decidí y le dije, a ti te amo así, yo me chingué por mi propio gusto. Y no me arrepiento. No me arrepiento porque precisamente fue un acto conciente arrojarme al dragón. Y así la amo. Y así la amé. Decidí en esa relación "está bien, aquí voy a dar todo, voy a estar cuando ella quiera, voy a soportar que tal vez se acueste con otros, voy a aguantar que me diga que anduvo con alguien que insiste en que se case con ella, voy a amarla cuando ella quiera y cuando ella no quiera, más allá de todo lo conocido, voy a amarla con el amor que da y no recibe nada (aunque me arrastre en cada acto por poder recibir un mendrugo de correspondencia). Y siempre regresaba y siempre estuve yo ahí y dejaba todo, todo por ella.

Y cuando Ella quería estar veías estrellas, volabas.

Ella es así. No hay más. Sigo admirando en ella su entereza, su voluntad que no conoce fronteras ni obstáculos. Es inteligente (justo hoy aprobó su examen profesional con mención honorífica y pronto se irá al extranjero), es brillante, es malévola con un rostro de niñita inocente y tierna. Es la total cabrona. Y sin embargo ella no lo disfruta. Se complace momentáneamente en ello pero al final termina sufriendo. No es la femme fatal. No se viste provocativamente. Con unos jeans jamás ajustados y una polo pero con esos ojos y esa boquita y esa voz que parece que no mata ni una mosca te puede triturar el corazón, hacerte volar en mil pedazos.

Yo sé que me amó, sí. Nos amamos, claro que sí. La primera vez que a ella se le salió un te amo fue tan sincero, tan verdadero que a ella y a mí nos rodaron las lágrimas.

A nadie he venerado con tal pasión, con tal devoción, con tal estupidez.

Pero fue.

Me diplomé en amores no correspondidos, lo viví, lo sufrí, lo gocé. Luego de eso, e incluso fuese ella misma digo: ya no.

Ya no me gustan los amores así. No me gusta que uno pierda su voluntad propia. NO me gusta poner antes de mí las necesidades de alguien que no le importa un pepino. No me gusta que no me amen de regreso.

Hoy en día tengo un radar tan refinado que inmediatamente puede detectar cuando la susodicha en turno ya no siente lo mismo y solo me quiere utilizar como bote de basura,ya sea sexualmente o como el amigo que tiene que aguantar y tragarse todo lo que le hace el novio o el marido. Hoy en día, al saber esto, preparo la retirada.
Es simple: si tú no sientes lo que yo, adiós.

Por ello, tanto en esta experiencia como en la que narro en la entrada anterior de este blog, me doy gusto a mí mismo de ver la luz, de comprender, de tener conciencia de que yo he decidido cada paso que he dado, cada latido entregado. Por eso lo expreso sin pena ni culpa. Porque yo no hice daño. Ellas "no me han hecho daño", yo se los permití.

Porque es verdad que si tú eres un completo amor y eres todo detalle las mujeres no te lo reconocen, te ven como un pendejo que está comiendo de su mano.

Las mujeres también necesitan mano dura, también necesitan sentir esa necesidad de que tienen que lograrte. He experimentado, obviamente, también ese lado y los resultados son sorprendentes. ¿Por qué son así? ¿Por qué nosotros somos así? Porque la verdad también nosotros nos sentimos más atraídos por la perra maldita que por aquella que está siempre "ahí" para nosotros. ¿La cacería humana? ¿El instinto de dominio?
Somos animales. Aveces más animales que los animales. Ahora ya no conocemos freno, no actuamos con conciencia ni razón, con eso que se suponía nos diferenciaba de las bestias. Los animales son los nobles. Nosotros no hemos dejado de ser salvajes.

A ti, mujer, que sabes quién eres, te digo que te amé así, que tú lo sabes, que fuiste lo más grande que he conocido, lo más terrible, lo más desgastante, lo más cansado también.

Te repito que, gracias a que conocí un amor victorioso y distinto, pude arrancarme los restos de las costras por las heridas. Y no queda nada de ese sentimiento. Solo, como bien dijimos anoche, ese recuerdo.

Triunfarás, en tu vida profesional serás muy exitosa, no tengo la menor duda. Siempre lograrás lo que te propongas.

No sé qué recordarás y la verdad ni quiero saber, pues te las arreglarías para tratar de hacerme daño.

Yo me siento orgulloso de haber amado así a alguien como tú, porque sigues teniendo aquello que he confirmado me excita tanto de una mujer: que además de ser bella, sea brillante, que tenga un cerebro maravilloso.

Yo espero que los años la hagan menos soberbia y más considerada. Como profesional es la más entregada, ahí se derrama en humanidad; como mujer llega a ser un témpano de hielo, indiferente, displicente...pero cuando te ama puede transportarte a otras galaxias, cuando ella se entrega te das cuenta de por qué jamás puedes olvidarla.

En ese lugar pasado, en esa historia que pertenece solamente a los recuerdos, a las experiencias, a los aprendizajes, te amo, claro que te amo.

La última vez que lloré lluvias por alguien fue por ti. Otra ocasión ha sido por mi perro Copete, cuando supe que lo habían envenenado, nunca he llorado tanto. Luego de esas dos experiencias jamás he derramado gota por nadie. Aunque claro que me he sentido triste, no soy de palo. Soy "muy sensible" como dicen. Yo digo que soy SENSITIVO. Totalmente distinto.

Ahora: démosle vuelta a la página. Vete a tu mundo, yo al mío. Me has pedido nuevamente que nos desconectemos: yo te pido lo mismo.

3 comentarios:

  1. Gracias. Con todo honor me retiro de tu mundo gran maestro. Eso fuiste, eres y serás siempre para mi. Yo también te seguiré amando en ese pasado muy nuestro y de nadie más.

    Lo mejor del universo para ti, y un amor victorioso es lo menos que se merece un gran maestro como vos.



    Au revoir!! <3



    P.

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  2. igualmente.
    yo, felizmente solitario como siempre
    no hay tiempo para detenerse
    una vida como tú quieras tener.
    ciao.

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