la niña que cura y su mascota sintomatológica

la niña que cura y su mascota sintomatológica caminan por las calles de la ciudad. Se fijan en la gente, observan sus rostros atrofiados, regargados de un milagro que al parecer no sucederá.

la niña que cura y su mascota sintomatológica, corren entre la gente suspensa entre lo que quisieron aer y son, entre lo que son pero sin descifrar aun quiénes son ni hacia dónde se dirigen.

la mascota sintomatológica lleva siempre consigo a su osito de peluche, "Pathos", lloraría si no va con él.

la niña que cura estudia a la gente, la mira con bondad pero también a veces con coraje, porque la gente no entiende nada y no se cuida y traga cuanta porquería le ponen enfrente, y consumen refrescos de cola porque dicen en la tele que son la chispa de la vida.

y no hay chispa, y la vida ahí está, oculta, allá, detrás de las carreras, las presiones, el tronadero de dedos por la falta de dinero. Siempre falta el dinero.

La niña que cura y su mascota sintomatológica y su osito "Pathos" curan al que se deje, curan al que ya no puede, curan al que ya no.

Pero hay quienes no quieren curarse y desean continuar lamiéndose las heridas autoinflingidas.

grandes actores de una obra que no escribieron.

y sin embargo no tienen la menor intensión de escribirlo.

Vienen los días en que se recuerda crucificaron a un hombre por predicar el amor, dicen que murió por la humanidad. Y la humanidad no entiende aun cómo pudo ser tan loco.

Anda, niña que curas con tu mascota sintomatológica y su osito inseparable, que lo niño no nos gane, y que la curiosidad niña nunca se vaya, estén las cosas como estén, aun podemos andar.