miércoles, 6 de abril de 2011
Si lo que sucede es que no sabemos estar solos.
Si lo que sucede es que no soportamos la idea de estar solos entonces podría ser factible pensar que un compañero o compañera sería la cura a nuestro mal.
Pero siempre de los siempres habrá que compartir algo para no sentirse solo.
Porque bien podemos estar con alguien al lado y sentirnos los más solos del planeta.
Dejar de estar solo significa que uno en su soledad se va llenando de acciones, de obras, de actividades que a uno mismo llenan y satisfacen, entonces no hay soledad sino una libertad plena. Y todo tu mundo te acompaña.
Pero si queremos o deseamos a alguien junto a nosotros es para compartir, siempre para compartir:
tal vez nos sentimos muy a gusto con ese alguien porque conversamos horas y horas,
tal vez nos hace reír y nosotros lo hacemos reír y las penas se hacen más ligeras.
Tal vez es alguien que siempre está ahí para escucharnos, pone atención, indaga, es sincero, dice lo que piensa, no nos da por nuestro lado, pero es amable y nos hace sentir valiosos.
Y si es además alguien que puede convertirse en nuestra pareja de vida y aun uno tiene vida, es alguien con quien se disfruta las bondades del sexo. Una pareja que no tiene relaciones sexuales satisfactorias es una pareja de amigos, de hermanos, una réplica de madre e hijo.
Nos guste o no lo fundamental, la piedra básica que hace que una pareja (como la pensamos) permanezca es el sexo.
Y no solo hablamos de penetración. El sexo también es los besos constantes, el besar y acariciar el sexo del otro, las caricias simples y las profundas, los besos, los besos en el cuerpo, en los labios, las lenguas que se enlazan, la exploración de los cuerpos, y esa cúspide que cuando se logra es la entrada al paraíso, venirse, volver al mundo: morir para volver a vivir.
Como lo dijo el gran poeta Octavio Paz: "el amor es erotismo, pero no nada más es eso, el amor es fraternidad, pero no nada más es eso, el amor es sexo, pero no nada más es eso, el amor es comprensión, pero no nada más es eso..." Es un conjunto, es un todo de cosas diversas. Pero la atracción física, querámoslo o no, es básica. No decimos que seamos adonis y venus, decimos que esa persona, ese otro, nos guste, nos encante, que nos provoque decir, me encantan sus ojos, sus labios, me encantan sus manos, su cabello, algo, algo nos tiene que fascinar físicamente. Claro que también está lo interno, y ahí entra lo cachondo, o lo intelectual o lo tierno.
El amor puede hacerse diario o cada mes, eso es una periodicidad que marca la propia pareja, no son competencias, pero si una de las partes no está del todo satisfecha...atención, porque entonces, según una humilde opinión, la relación no tiene mucho futuro. Es así. Y entre más pronto uno se de cuenta mejor. Se evitan más lágrimas y en estos tiempos...gastos. En ese caso, más vale solo que no acompañado. Más vale la propia mano que un cuerpo que no se funde con uno. Pero, qué busca cada quién? Hay parejas que, mutuamente, han llegado a la conclusión de que no quieren ya tanto sexo sino compañía. Todo se vale. Pero tienen que estar concientes los dos, tienen que estar a gusto los dos, sino está muy complejo. Y contradictoriamente, tampoco es tan complejo...sin hacernos víctimas, sin calificarnos, sin ponernos letreros simplemente, sinceramente verse uno mismo al espejo y preguntarse: ¿esta persona me satisface? ¿satisface mis mínimas necesidades para considerarme feliz?
si hay dudas o la respuesta es negativa...es tiempo de buscar otro rumbo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lunatic, tú ¿qué piensas?
Todo aquello que bajo la Luna, prende nuestra mirada: