Este triste sexenio, que nos alienta a cuidar nuestro peso y talla, que no da pie con bola ni pensar con hacer -pero sí mucho con decir, de esos decires que no dicen nada- nos ha exhumado a un nuevo paladín de cómo hacer pedazos el lenguaje.
Ni más ni menos que el denso ministro de gobierno de México,Fernando Gómez Mont. Nos preguntámos ¿qué clase de mosco demoníaco y pérfido le picó a este engrosado hombre a hablar como habla? En nombre de Cristo y de todos los santos, ¿por qué razón tenemos nosotros que soportar su interminable papel higiénico de mierda?
El nuevo señor del sofisma, el que dice mucho para no decir nada. El que se las dora para impresionar (a nosotros no nos impresiona: nos asusta) a las masas que, según parece a él, le agradecen sus "comparecencias frente a los medios", para atiborrarnos de verborrea.
¿Qué quiso (en el nombre de Dios) decir el pesado (por la dificultad que tiene en tan sólo cruzar los brazos se puede suponer una alarmante obesidad que, punto y aparte, le tiene sin cuidado) cuando nos embarró su: "El cobarde muere mil veces; el valiente sólo una”?
Si la frasecilla pertenece a algún luminoso intelectual diestro, hubiese sido conveniente y respetuoso citar la fuente. Pero, tal parece que el señor secretario la hizo suya...¡es más, es de su autoría! y la emitió con toda la soberbia de la cual es capaz un "alto funcionario" que puede "andar tranquilo por las calles" (ya que olvida que nosotros sabemos que se transporta sobrevolando las calles peligrosas de México vía helicóptero o lo guarurean decenas de camionetotas blindadas con intrépidos militares, listos para defender al señor bocafloja...y la soberanía del país, entiendo).
"El valiente dura mientras el cobarde quiere", creo, más o menos reza el refrán popular. Y es obvio que el señor secretario se siente a sus anchas (y mire que son amplias anchas) porque sabe que así solito solito que pueda andar él en la calle, como que no).
Esta política agresiva, grosera, violenta, que el gobierno actual ha espetado sobre todo el territorio nacional y allende las fronteras (como les deleita decir a los locutorcillos de la radio) ha provocado, en efecto, lo que el más simple puede comprender: "la violencia genera más violencia".
El presidente de la República avienta su: "¡Enviaremos un ejército de abogados!" Toda la verborrea viene pintarrajeada de guerra: ejército, protejo a los míos, guerra en contra de, violencia, violencia, violencia"
Estoy casi seguro que nunca en la historia de nuestro bello pero triste país, se había repetido tantas veces la palabra guerra o la palabra violencia o la palabra Inseguridad.
Casi nunca se menciona la paz.
Todo es amenaza en el gobierno del sr. Felipe Calderón. Todo siempre es con jeta, enojados, malencarados.
Los funcionaritos mexicanos haciéndose los bravucones, poniéndole los puntos a las íes (según ellos), pensando que con estas declaraciones se granjean el gusto del respetable.
Pura tristeza ha generado este gobierno, puras palabras que ya enlistamos.
Revísenlo, amigos lunáticos, presten oído y se darán cuenta de que así es.
Para acentuar aún más el ambiente de miedo en el que vivimos los mexicanos, con nuestro George W. Bush (región 4) como presidente, el señor Gómez remata (pa no variar en el tono de las palabras) diciendo: “Yo me siento a salvo porque me pongo enfrente, porque protejo a los míos".
Declaro la guerra en nombre deeeeeeeee....pero yo no peleo, aviento al frente a mis súbditos. Qué chingón.
Ah, esos tiempos donde el REY, el mismísimo rey lidereaba las huestes y se veía frente a frente con el enemigo y le decía: "¿Paz o guerra?"
Y ellos también le entraban a los cates.
¿Por qué la gente que habita en México tiene que pagar las consecuencias de una guerra que jamás declaró?
Y ¿por qué tenemos que soplarnos la verborrea de este señor que habla sin comas ni puntos, que se deshilacha como hebra de hilo?
El Señor Sofisma, un personaje más del equipo más soberbio y torpe que ha gobernado nuestro país.
Que ya terminen, por favor, ya, ya...miren, con todo respeto, ya no hagan nada, ya, ya déjenlo así, ¿sí? Pero ya váyanse. Por la virgen de Guadalupe.
Cerramos nuestro rollo incluyendo un párrafo del maestro Roberto Bolaño:
"Dios bendiga a los hijos tarados de García Márquez y a los hijos tarados de Octavio Paz, pues yo soy responsable de esos alumbramientos. Dios bendiga los campos de concentración para homosexuales de Fidel Castro y los veinte mil desaparecidos de Argentina y la jeta perpleja de Videla y la sonrisa de macho anciano de Perón que se proyecta en el cielo y a los asesinos de niños de Río de Janeiro y el castellano que utiliza Hugo Chávez, que huele a mierda y es mierda y que he creado yo."
