En una oficina policíaca de la cual se había derramado un alúd de noticias alabando su tecnología avanzada y su personal calificado (profesional, le dicen ellos ahora, las grises personitas), un hombre trajeado contemplaba sin parpadear un muro sobre el cual colgaban escuetas las fotografías de mujeres desnudas, que habían sido halladas sin vida en parajes perdidos de los alrededores de la ciudad.
El hombre no se inmutaba en analizar cada detalle de las imágenes, su concentración semejaba la de un yogui en meditación profunda. Cerraba los ojos con lentitud, luego volvía a abrirlos y se posaba nuevamente en alguna de las fotografías.
Mujeres sobre pastos ennegrecidos por la sangre, las prendas íntimas dispersas como trozos de viento caído. El hombre imaginaba palabras. Permanecía en silencio y extático, hasta que un oficial se aproximó a él y le preguntó:
-¿Es usted el nuevo agente asignado?
El hombre, sin dejar de mirar el cuerpo desnudo y pálido de una muerta respondió:
-¿Se da cuenta de la reflexión de la luz cayendo sobre la espalda?
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muy buenooo, la frialdad a veces la vemos como objetividad... =)
ResponderEliminarY mira que lo dijo uno de los grandes y verdaderos maestros del periodismo. Pero, hoy en día, hasta se atreven a "no dar ciertas noticias, por respeto" ah, caray.
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