sábado, 8 de mayo de 2010
La luna, las estrellas, una mamá y las otras mamás.
Amigos Lunatics:
Las más que hiperbólicas temperaturas que nos abrasan en este mes nos han arrebatado, a algunos, del tráfago de lo mismo.
Unos andamos más atentos a la translación de nuestro corazón alrededor de Ella, que en las noticias siempre edificantes y propositivas de nuestros iletrados comentaristas de tele y de la radio y los puntillistas críticos de los diarios.
Nosotros andamos con el corazón encantado y nos hemos olvidado hasta de nosotros mismos.
Pero no por mucho tiempo, pues que todo deber seguir y nuestras propias miradas nos señalan otras cosas por las cuales poner una palabra y una coma, esta vida que nos pasa tan de prisa y que nos esmeramos en no vivir.
Ya se nos agota el tiempo. Se nos está yendo el tiempo, y sólo el amor perdura mientras dura, pero se queda la eternidad de nuestras efímeras vidas. Y en el último aliento recordamos cómo amamos a ese ser.
Ojalá comprendan las mamás el daño que a veces nos hacen. Ojalá nuestras mamás puedan cortar su cordón umbilicar y dejarnos ser.
Hay otras mamás que son las ideales y aún nos miman y nos cobijan, a esas madres muchos vivas, pues nos muestran a diario de qué se trata eso del amor incondicional.
Los demás no saben nada.
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