Lunatics: Todo lo que bajo la mirada de la Luna nos vuelve locos...bienvenido

Luna rige las olas del mar, hace crecer las cosechas, controla el ciclo menstrual. Llena provoca accidentes tecnológicos, enerva a las personas, muchos nos dejan...otros llegan. La luna nos late
LUNATICS: NOS ALUNIZA NOS VUELVE LOCOS LA LUNA

lunes, 19 de julio de 2010

PIerre Soulages: El ciego que ve la luz




EXPOSICIÓN DE PIERRE SOULANGES

Llegué temprano, la sala fue casi exclusivamente para mí. De no ser por un par de señoras que llevaron a sus niños que correataban por allí. Esperé a que pasarán unas tres salas más adelante y me dispuse a disfrutar de la exposición con mi iphone en el álbum de Brian Eno, "on land".

En efecto, Pierre Soulanges se apodera del negro; o el negro se apoderó de él.

"Los rosacruces pensaban que el mundo había comenzado en el negro y terminaría en ese color"

"Una pintura es una organización, un ensamble de realciones entre formas, sobre las cuales se originan y se desvanecen los significados que le atribuímos" (1948)

Hacía mucho que no me topaba con un una obra que a propósito "no te quiere decir nada".
Aquí los negros son eso negros. Y negro que quiere que se asome la luz para distinguir otros negros: pero jamás un mensaje, jamás un punto de vista. No hay statement.

El negro vuelve a su origen: ser negro.
Soulages no nos hace ver al negro en sus connotaciones culturalemente aprendidas relacionadas con la elegancia, el duelo, el misterio. El negro es y ya.

Incluso no nos mueve a sentir nada.
Y aquí es donde, después de recorrida la exposición surge la sensación de vacío (que nunca es incómoda, pues viene pensada): el negro no tiene dimensión. El negro es una apabullante puerta de nada. De donde pudo y puede surgir el todo, de donde puede emanar la luz, pero finalmente no vemos surgir nada.

No inspira ningún sentimiento negativo, quiero subrayar. La relevancia de estas pinturas es que se muestra el color tal cual es y los juegos que bien podría tener con la luz. El agradecimiento de la luz para que exista la oscuridad.

Y decir "oscuridad" es poner un calificativo a una obra que ni siquiera nos quiere decir eso.

Es un logro de Soulanges el que haya podido controlar ese impulso de "tener qué decir algo", la obra de Soulanges es efectivamente imposible de interpretar: es impenetrable.

Pero el equilibrio en el que Soulanges nos lo propone es asentimental, no es ni siquiera frío, simplemente ES.

En un tiempo en el queremos verle interpretaciones ocultas a lo obvio (la mayoría las tiene pero no forzosamente todo) esta retrospectiva sorprende porque el artista se dedicó enteramente a encararse con un negro a dialogar sin dialogar, a dejar ser el color sin subtexto alguno: algo increíble de lograr, pues nuestro conciente ya está acostumbrado a "querer hallar la forma, encontrar la historia".

En la obra de Soulanges no hay historia, hay un pretérito prehistórico desnudado de referentes. Incluso aquellos que presenta suspendidos, aquél políptico que nos muestra en mitad del pasillo, que no está colgado tradicionalente a la pared, no nos dice nada. Simplemente nos lo presenta así.

Una obra que nos habla sin hablar. El convivio con un ser mudo, el convivio con ese algo que no nos pide hablar, ni sentir, ni pensar...sino simplemente ser.

Insisto en el "simplemente" e insisto en el "Ser"; la coherencia con que Soulages tránsito este estar atrapado por el negro es notable.

Otra cita de él: "Lo que hago me enseña lo que busco". Pareciera que en su buscar, Soulages se percata, sin estar enteramente conciente, de que no hay que buscar nada. El principio está ahí y ahí está el final. Sin ningún tipo de sentimiento, ni cálido ni frío.

Ya en el pináculo de su evolución (en su etimológica ascepción) el artista indaga en su ultranoir (beyond black, el más allá del negro, título que se comprende mejor en francés e inglés que en español): un más allá que resulta ser no se ve, no está.

Soulages investiga su ultranoir así: "mi instrumento ya no era el negro sino esta luz secreta del negro. Aún más instensa al ser emanada de la más grande ausencia de luz".

Pero la luz está fuera del lienzo, fuera del negro: en el negro solo está el negro, esa región insondable, sin dimensión, ciega, que necesita de texturas para ver su forma: el negro se ve mientras se toque, la luz está mientras se toque, si no no hay nada. La nada es negra.

Y finaliza Soulanges sin cortapisas: "porque el negro, incluyendo cualquier razón ignorada, tapeada en lo más oscuro de nosotros mismos y que contiene los poderes de la pintura: PORQUE SÍ."

Soulanges, el que ve más allá del negro, a ciegas: tocando encontró su luz.

Gran exposición.

2 comentarios:

  1. Tener que pagar 20 pesos por algo que hace todos los días un pintor de brocha gorda o un empleado sin estudios del home depot al dar cursos de texturizado no tiene precio, bueno si: 20 pesos.

    ResponderEliminar
  2. A primera vista podría parecer eso pero, volví a ver esta exposición y me despertó aún más cosas. Es en efecto una obra no sencilla de penetrar.
    Lamento que no haya sido lo que esperaba anónimo amigo. Se agradecen mucho los comentarios.

    ResponderEliminar

Lunatic, tú ¿qué piensas?
Todo aquello que bajo la Luna, prende nuestra mirada: