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LUNATICS: NOS ALUNIZA NOS VUELVE LOCOS LA LUNA

miércoles, 30 de junio de 2010

El niño se va a donde le pertenece


Viví una infancia feliz. Sólo hasta la adolescencia percibí el distanciamiento de mis padres.

Abundaron los juguetes y los juegos que en la soledad disfrutaba. Imaginaba películas: dibujaba en hojas blancas los nombres de los actores de peluche que protagonizaban alguna historia terrorífica. Tenían título. Eran premiadas las mejores.
De niño jugaba junto con mi hermana a que teníamos una banda de rock: fue de estruendoso éxito. Yo seguí la carrera solista. Conservo aún las portadas de los discos que contienen las letras de las canciones (a principios de año salió un nuevo "álbum" mío bautizado "HI")

Jugué a que era pintor y escultor...hoy me sorprende que mucho de lo que yo hacía simplemente como juego ahora sea generador de jugosos ingresos para los artistas de hoy.
¿Me adelanté? No lo sé, ni importa.

Tal vez hemos seguido jugando siendo adultos.
Y nos dicen que de eso se trata: de jugar.

Probablemente no es exacto aquello de no perder al niño que lleva uno dentro. La verdad es que el niño se va, se va, se fue, como homerun.

Tal vez se trata de aprender a ser hombres sin dejar de jugar.Que el hombre en el que uno se convierte realice lo que siempre amó hacer de niño pero ahora como adulto:
si te fascinaban los autos, ser corredor de carreras, mecánico, diseñador.
Si te atraía pintar, seguir pintando.
Quizá debamos recordarnos que la vida se trata de estar agusto, de intentarlo, de esforzarnos por tener una situación que nos permita realizar aquello que amamos hacer, ya sea antes o después de una jornada laboral o el ideal: que lo que amas hacer sea tu empleo.

Llega un momento, tiene que llegar, en que por supuesto el niño deje de serlo. Esto no es extraño para la mayoría de los hombres y mujeres.
A mí me pasó distinto: nunca había querido despedir al niño. Fui niño mucho más tiempo de lo normal. Nada malo con ello.

Simplemente esta vez el niño salió de mí, me miró a los ojos y me dijo: tenemos que despedirnos...es tiempo...ya...
...pero no dejes de jugar.

2 comentarios:

  1. Me hiciste llorar millones con este post.

    Estoy deacuerdo que no debemos de perder la emoción, la sensación y las ñañaritas que sentíamos cuando de niños jugabamos.

    Jugar nos hace creativos, nos hacer ver soluciones inimaginables a los problemas, nos hace disfrutar, reir y sonreir.

    Jugar nos hace seres humanos llenos de felicidad, ilusión, sueños y esperanza.

    Una esperanza perdida en un mundo deshumanizado. Si todos siguieramos jugando como adultos nuestro mundo sería otra cosa.

    Te quiero millones mi amigo, mi maestro.

    Mashe

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  2. Agradezco mucho que te haya gustado esta entrada. Supongo que quienes somos aún niños podemos enviarlo a la recámara de los recuerdos un tiempo mientras tratamos de jugar el juego rudo d elos adultos.
    tmabién ser adulto tendrá su chiste...supongo.
    en esas estamos.
    un beso

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