Ella provoca la noche

Dicen que se pasea sola a mitad de la noche.
que siempre se dirige al mismo árbol.

Las señoras temerosas de dios alegan que ahí perpetua sus atrocidades.
Los hombres, al enterarse de esto bajo los techos del sermón dominical, se escabullen en las altas horas para investigar la certeza de esos rumores.

Las mujeres casadas dicen que es un divorciada que estremece con su inmoral estátus la paz glorificada del matrimonio...y del pueblo.

Los hombres dicen que es inevitable, que son hombres.

Las más jóvenes, cuativadas por su imán energético de chacras incendiados, la adoran. La siguen.

Dicen que en la noche el amor está clamando venganza.

Que las casadas se han quedado presas.
Y que un aullido (unos dicen de dolor, otros de placer, otros no distinguen la diferencia) escapa de las fauces encarnadas de la mujer perversa.

Y en las mañanas, como resabio, flota entre los hipócritas el aroma pútrido que algunos llaman envidia.