viernes, 26 de febrero de 2010
Richi Crónicas: "dentro de la mente del asesino" 3/3
Dicen que los detectives encargados de investigar el asesinato de la chica son amigos desde la niñez.
Dicen que gustan de las mujeres y el licor. Y que su autoridad como respresentantes de la ley les abre muchas puertas.
Dicen que se quedan hasta tarde en tugurios de mala muerte departiendo con mujeres de la mala vida.
Dicen que uno de ellos estaba locamente enamorado de Bertha.
Dicen que su amigo se jactaba, a espaldas de su casi hermano, de haberla poseído.
Desayunan y comen casi diario en una vecindad que se localiza sobre la calle de Regina, la primera que se encuentra después del Café.
El enamorado de Bertha esperaba a que dieran las 730 de la tarde para situarse en la esquina con Madero y verla pasar, decirle de cosas, murmurarle palabras que muchos piensan eran obsenas.
Ella nunca le hizo caso.
Su compañero dice, ahora que la ve ahí tendida, que "desafortunadamente" era una dama de dudosa integridad.
Están buscando al único hombre que habita en esa vecindad, están seguros (o quieren estarlo) de que él mató a la joven.
Dicen que el policía enamorado no pudo contener su dolor cuando, en una esquina lejana del vecindario, descubrió a la joven besándose apasionadamente con aquel hombre.
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