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LUNATICS: NOS ALUNIZA NOS VUELVE LOCOS LA LUNA

jueves, 14 de enero de 2010

Entrárle al Toro por los cuernos...o burlándonos de él



No me gusta que maten animales, a ninguno. Cuando tuve la oportunidad de acudir a una corrida de toros me dolió mucho cuando mataron al toro. Suelta un gemido que hunde el corazón. Un gemido suplicante. Eso jamás lo he olvidado. En esa ocasión, para acabarla de amolar "lo mataron mal" esto es, que el torero tuvo que darle dos o tres estocadas más para lograrlo. “Se supone" que deben de matarlo de una manera pronta y precisa...fuera de que sea artística o no.

El hecho es que están "jugando" con un ser vivo y lo están lastimando desde antes de ser atravesado por una o varias estocadas. El torero llega intacto y con las nalgas paradas. La Fiesta, los mismos heruditos lo afirman con no poca exasperación, se ha deteriorado para quedarse únicamente con el circo de la oferta y la demanda. La tauromaquia de cartón. Aparenta ser arte, se pone ese traje de luces fundidas, pero ya no hay rastros ni de su sangre. Su esencia se ha evaporado.

Pero, no pude evitar sentir cierta fascinación por el Arte de la Tauromaquia, la valentía y gallardía del hombre frente a la Muerte, asechándola, encarándola con garbo; esa danza que une al hombre con el animal, la bestia con la otra bestia (perdón). Cuando llegas a presenciar ese momento mágico, pareciera que el Universo gira al unísono con ese par inconcebible. Yo sólo he presenciado esa chispa mediante grabaciones de corridas clásicas. Pero los versados saben que ese momento es una joya cada vez más rara de hallar.

En irrefutable: la Fiesta es arte. Sí hay arte. Anhela la belleza. La integración del universo, el maridaje de la naturaleza con el humano. Salvaje como es la naturaleza, sabia como es también. Contradictoria. El lenguaje de la tauromaquia me encanta es un mundo en sí mismo. Es Poético.
Es polémico.

En el libro de Carlos Fuentes acerca de México, “El espejo enterrado”, describe hermosamente el mito del que se originó la fiesta brava, remontándonos hasta el Minotauro: el hombre bestia, semi dios, naturaleza y hombre. Ambos unidos irremediablemente en una lucha sin fin. Guerra y paz. Convivencia y separación. Pulsando uno y otro. Respirándose. Fuentes habla también sobre la simbología del sol y la sombra. Una belleza. Ese ensayo me sedujo. Quise ver con otros ojos la Fiesta Brava. Pero ahí está: cuando vi mi primera corrida, desistí: mito contra realidad.

Porque, además de que no me tocó la fortuna de ver estallar lo sublime, el cartel fue francamente mediocre. Mientras el torero hacía más malabares que arte (y se arrimaba al toro con temor) volvía una y otra vez a mi cabeza la duda que siempre he tenido al respecto de la Fiesta: ¿por qué caramba tienen que matar al toro? ¿por qué torturarlo? ¿Cómo pueden asegurar, con mayor certeza que la prueba de la existencia de Dios, que el toro “quiere morir”, que el toro “nació para luchar en un ruedo”? ¿Quién fue el Dr. Doolittle que pudo sostener una conversación con el toro y este le aseguro que es un suicida en potencia?

Los taurinos alegan que igual te comes la carne de res y no rebuznas. Puede ser, pero yo no me divierto burlándome de la bestia antes de arrebatarle una pieza para zampármela. Es bien sabido que para que una buena carne de res sea de la mejor calidad, el sacrificio del animal tuvo que haberse llevado a termino lo más pronto posible, ahorrándole al pobre la menor tensión. Es inevitable que no se tensen: cuando las reses aguardan su turno formadas una tras otra entre un estrecho camino cercado y sólo una cortina de metal es la pesada línea que los separa de la vida y la muerte, lo intuyen. Lo huelen. Se esfuerzan por echarse hacia atrás. Lo saben. Pero eso no significa que les cuelgues guirnaldas y bailes alrededor de ellos. En la fiesta, la diversión del humano no puede existir sin el sufrir del animal.

Reconozco su parte de arte pero me aleja totalmente el hecho de entender que se trata de un ser vivo al que se está utilizando para diversión de los demás. Es la materia prima,con ello se crea y llega, hoy en día en poquísimas ocasiones, el arte.
Es cruel. Es hermoso. Es humano.

3 comentarios:

  1. Si!! que fea es la crueldad para los pobres animalitos =(

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  2. No por ser una "fiesta milenaria" quiere decir que esté bien o sea "artística".
    Solo 8 países en el mundo permiten esta brutalidad... ojalá dejemos de ser uno de estos retrógradas.

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  3. Así es, además ¿quién habló con un toro que pidió ser burlado y muerto para diversión de los hombres?

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