miércoles, 20 de enero de 2010
Serie de entradas: Obama Oh Bama! Num 3
¡Cosa rara! ¡Cosa extrañísima! Resulta, amigos lunatics, que Barack Obama escribe sus propios discursos y luego con su equipo de redactores le dan forma conjuntamente. Algo rarísimo en nuestro país, en donde los redactores (fantasmas anónimos) son los que le escriben al señor presidente sus discursos.
¿No es algo que encierra cierta contradicción? Quien se supone que tiene mucho qué decir (osea, que tiene ideas) no lo hace y lo cede a sus "asesores". Sé que muchos dirán: es normal, es "El preciso". Pero las frases célebres que se acreditan a un Marthin Luther King son de él, no de sus asesores. En eso radicó su grandeza: las ideas fueron suyas.
Con Obama pasa algo similar. Aunque no tiene el toque literario-sensible que logró Luther King, las palabras de Obama salen de él, no de un "team". Es lógico que tenga a todo un equipo de expertos, estrategas, creativos, que le dan forma y tiempo a sus discursos; correcciones etc. Pero "la idea" es de Obama y los primeros bocetos provienen de su pluma.
La palabra es idea. La palabra es conjuro de las acciones. Quien no tiene palabras, no tiene idea de lo que hace.
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