Recuerdo que de niño (en una galaxia muy muy lejana) me entretenía hojeando revistas. Tal vez no sabría leer, pero los rostros que aparecían, los objetos, capturaban mi atención. Repasaba rápidamente las hojas y se quedaban en mí los colores. Nada más que los colores. Y con ello ganaba una sensación enriquecida. Es cierto que los colores nos dicen cosas. Y si no nos dicen nada en determinado momento, nos ayudan a encontrar alternativas.
¿Cuántas veces has estado hojeando una revista sin estar pensando en nada? Y de pronto..zas. Algo se te ocurre, algo recuerdas, algo... sucede algo. Bueno, mientras no sea la revista médica que te ponen en la sala de espera mientras aguardas tu turno al bat, a que el doc te torture con el taladrillo en la boca...ja. Esas revistas ni siquiera les gustan a ellos, ahí las dejan.
¿Qué color eres hoy?
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