Hay que aventarse pero despacito

Ahora que estás muy dispuesto a cumplir tus propósitos...¡ah! ¿ya lo olvidaste? Bueno, no importa, podemos comenzar de nuevo. Recuerdas que tienes propósitos por cumplir este 2010, no te agobies.

Enlístalos. Que sean realistas.
Pianpian. Osea, despacito, con calma. Cada día acuérdate de darle una mordidita a ese que es tu propósito. Si lo haces así, poco a poco, y empezando con calma -no quieras correr diez kilometros de un sopetón-te darás cuenta que sí lo puedes lograr. Desde ese primer intento te vas sintiendo mejor.
Olvídate de si lo podrás lograr o no.
No pienses en nada. Sólo enfócate en lo que quieres. Si llegas a desfallecer y en una comida te sampaste ese pastelito súper especial que te vendieron en un restaurante que pretende ser también galería de arte, que no sabe qué ser, si vendedor de comida o de cuadros, y al final los ojos de la persona que te atendió te convencieron y resultó ser un Pingüino Marinela grandote y muy caliente...bueno,no importa. Mañana retomas el plan.
No desistas.
Aviéntate por lo que quieres, lánzate...pero despacito. Osea: cae en cámara lenta, abre las alas pero acuérdate de agitarlas, entonces levantarás el vuelo.