Una Ventana Adentro

Más, más, más. Vivimos (o ¿deberiamos decir: sufrimos?)cada día con esta palabra en la cabeza: más. Quiero más dinero, más ropa, más alimento, más bebida. Con el "Más" se junta el "Rápido"y entonces el torbellino es frenético. Entre más velocidad tomas, más te mareas y llega un punto en el que no sabes dónde estaba el principio y dónde el final. Esta idea es la que se ha dado en llamar "el Progreso": "Falta mucho por hacer", "llegaremos juntos ahí", "Más empleo", "Más dinero". El problema es que nunca nos dicen Cuando. Transcurren los días así sin más. Hay quienes esperan de Dios lo que sea y como venga y otros desesperan cada día porque no llega lo que anhelan. ¿Y qué anhelan? ¿Qué anhelamos realmente? La fama, el poder y el dinero son fines frágiles, a merced de lo inesperado, de un error o de alguien más capaz o astuto que tú. Pero lo que vas construyendo poco a poco, a tu paso, te da estructura, te da solidez. Entonces, luego de muchas desilusiones, agravios o fracasos o experiencias; te das cuenta de que aún estás aquí. Y si en vez de mirar hacia atrás en lamento buscamos una ventana abierta, y nos quedamos quietos, en pausa, comenzamos a ver esa nube, ese sol, la hoja que acaba de desprenderse del árbol. Está uno aquí y ya ese solo hecho se convierte en una nueva oportunidad. Busca tu ventana adentro.