jueves, 21 de enero de 2010
La silla que se sentía muy buena
Un día, mi tía Lunadia vino a visitarme al departamento, al cual le llamo El Espacio. Mi tía Lunadia, tan fuera de sí como siempre, se presentó sin previo aviso balbuceando palabras que no comprendí.
-Qué pasa tía Lunadia- le pregunté -¿No que te ibas a tu satélite?
-Qué? ¿De qué me hablas GAbo? ¿Por quién me tomas?-me respondió furibunda.
-Tía, tú dijiste que te ibas, hasta me dejaste un armatoste que un curador de Berín consideró una obra de arte y se la llevó.
-¿Cuánto te pago?
-Uy, no se lo vendí. Tenía un valor personal para mí.
-Si era tan valioso para ti, ¿por qué carajos no se la vendiste?-me preguntó la tía más furibunda (y eso que todavía no llegamos a la luna llena). Le respondí calmado:
-Es que para mí el valor de esa cosa era nada, nulo, cero.- Formé un círculito con mis dedos pulgar e índice- y reparé-Bueno, bueno, tía, siéntese...-Y le ofrecí una silla.
Al momento en el que la tía iba a depositar sus posaderas la silla se quitó, brincó a la mesa y comenzó a temblar.
-Yora! ¿Qué le pasa a tu silla sobrino?
-No lo sé-respondí desconcertado. Me aproximé a la silla, que estaba bailando en una pata, en señal de burla o de miedo, yo qué sé, no tiene cara las sillas, y le pedí que bajara de ahí y permitiera que mi tía se sentase.
La silla se negó. Comenzó a girar sobre sí misma, justo en el borde de la mesa. Entonces recordé que las últimas pompas que habían descansado en ella habían sido nada más ni nada menos que las de Scarlett Johansson.
Entonces comprendí.
(las narraciones de la tía lunadia continuarán)
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Me dejas en suspenso ..... ni modo, tendre que esperar haber que pasa con la silla y la tía ..... : )
ResponderEliminarJajaja, por lo menos esa mini-story termina ahí. La silla por haber recibido a Scarlett no quiere ya que nadie se siente en ella.
ResponderEliminarPero sí, como leíste en otra mini-story,la tía lunadia continuará haciendo de las suyas...¿cuándo? No lo sabemos.